sábado, 3 de julio de 2010

A vueltas con el colesterol

Podíamos decir que el colesterol es un tipo de grasa (lipido) que interviene en diferentes procesos fisiológicos (fisiología: ciencia que tiene por objeto el estudio de las funciones de los seres orgánicos) como el celular, el digestivo y en la sintetización de hormonas, entre otras funciones.

Nuestro hígado es capaz de producir el colesterol necesario para el organismo. Sin embargo, a través de la alimentación, podemos recibir una cantidad adicional de esta sustancia que, en muchas ocasiones, es perjudicial para la salud, sobre todo para el corazón. El origen de su aumento en sangre viene derivado, principalmente, del incremento de las grasas saturadas (ácidos grasos que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol en sangre. Predominan en la carne y los productos lácteos. Tienen una estructura química rígida que permite que puedan encontrarse en estado sólido, como por ejemplo la mantequilla. El exceso de grasas saturadas en la dieta puede provocar formación de depositos grasos en las arterias. ) y trans (los ácidos grasos trans no sólo aumentan la concentración de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre sino que disminuyen las lipoproteinas de alta densidad (HDL, responsables de transportar lo que llamamos el "colesterol bueno"), provocando un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares) en la dieta.

Para que el colesterol llegue hasta las células, antes requiere un transporte a través del riego sanguíneo. Para ello, existen dos lipoproteínas (moléculas hechas de proteínas y grasa, las cuales transportan el colesterol y sustancias similares a través de la sangre. ), la LDL, de baja densidad, asociada al 'colesterol malo', y la HDL, o de alta densidad, que se identifica con el 'colesterol bueno'.

El problema del colesterol 'malo' o LDL es que, en exceso, se acumula en las arterias y dificulta el tránsito de oxígeno a través de la sangre, lo que dificulta el trabajo del corazón y del cerebro. La acumulación de estas grasas en los vasos sanguíneos se denomina arteriosclerosis. Aparte de los riesgos de infarto, existen otras patologías cardiovasculares graves ligadas al exceso de éste.

Por su parte, el colesterol 'bueno', o HDL, no sólo es necesario para el organismo, sino que es recomendable aumentar sus cantidades en sangre cuando existe riesgo de arteriosclerosis, porque ayuda a sintetizar el colesterol 'malo' que se acumula en las paredes de las arterias.



El colesterol total en sangre es la suma del colesterol transportado en las partículas de LDL, HDL y otras lipoproteínas.
  • Deseable: por debajo de 200 miligramos por decilitro (mg/dL)
  • Intermedio alto: 200 a 239 mg/dL
  • Alto riesgo: 240 mg/dL y superior

Un nivel saludable de LDL es el que alcanza un rango óptimo o cerca de un nivel óptimo.

  • Óptimo: menos de 100 mg/dL (menos de 70 mg/dL para personas con antecedentes de cardiopatía o aquellos con un riesgo muy alto de enfermedad ateroesclerótica)
  • Cerca de un nivel óptimo: 100 a 129 mg/dL
  • Limítrofe alto: 130 a 159 mg/dL
  • Alto: 160 a 189 mg/dL
  • Muy alto: 190 mg/dL y superior

En general, el riesgo de cardiopatía, incluyendo un ataque cardíaco, se incrementa si el nivel de HDL es menor a 40 mg/dL.

Los hombres presentan un riesgo particular si su nivel de HDL está por debajo de 37 mg/dL y en las mujeres si está por debajo de 47mg/dL.

Un nivel de HDL de 60 mg/dL o superior ayuda a proteger contra una cardiopatía.

Las mujeres tienden a tener colesterol HDL más alto que los hombres.

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